Ambas variedades se elaboran independientemente. Una vez en bodega y tras el despalillado, se deja macerar la uva a baja temperatura durante 6 horas, antes de realizar la fermentación a temperatura controlada. Después de completar la fermentación, el vino reposa sobre sus lías finas para suavizar la textura y ganar en estructura y complejidad aromática.
De color amarillo limpio y brillante, en nariz destacan aromas a flores blancas y fruta de compota. En boca su entrada es dulce y fresca, con recuerdos a pera y cítricos. Una buena acidez combinada con la alta expresión aromática volverá a llamar la atención en su postgusto.
Ideal para acompañar pescados a la plancha, marisco, cocina mediterránea, carpaccio, pastas y sopas frías.
